“¡Yo cuido! Mi bosque, mi hogar”, jornadas de Sala Ría y Amazona Lilacina para niñas y niños

Con la actividad programada este sábado 22 de mayo de 2021, la Sala Ría de la Biblioteca de la Artes y el proyecto de educación y compromiso comunitario Amazona Lilacina dieron inicio a las jornadas “¡Yo cuido! Mi bosque, mi hogar”, donde se dialogará y enseñará a niñas y niños acerca del cuidado de las especies y del planeta. Desde trabajar con objetos que encuentren en casa hasta leer cuentos para promover el sentido del cuidado ambiental son las propuestas para motivarlos en el encierro pandémico que vivimos y propiciar la ayuda de familiares, iniciando así una travesía llena de diversión responsable y amigable con las especies

Ana María González, directora de la Sala Ría, indicó que los eventos serán virtuales. Estos continuarán el lunes 24 y miércoles 26 de mayo. “Tienen un calendario muy lindo y variado de oportunidades de explorar formas de crear, compartir y aprender sobre la fauna que nos rodea y el papel que tienen niñas y niños en el cuidado y defensa de los loros en nuestros ecosistemas. Hay talleres, conversatorios, muestras de arte de los niños y sesiones de cuentos”.

Agregó que junto con Amazona Lilacina concibieron eventos especiales del 31 de mayo al 4 de junio y que al final del próximo mes se presentará una muestra de arte visual. “Hemos aprovechado el día de los loros (31 de mayo) y de la niñez (1 de junio) para organizar estas actividades porque creemos que el tema de la preservación de especies tiene mucho que ver con los niños, el futuro, el presente, el cuidado y la creación”. 

La pasión por las especies le ha permitido a Ivette Solís, quien es bióloga y está al frente del proyecto Amazona Lilacina, hacer que una gran comunidad tenga cercanía y nociones sobre el cuidado del ambiente. ¿Cómo nació la propuesta y cómo se fue desarrollando hasta plasmarse?, preguntamos. Ella respondió: “En el 2014 el loro Amazona Lilacina fue reclasificado como una especie endémica del Ecuador y puesto en la lista roja de especies en peligro de extinción. Es a causa de la reducción drástica de la población de este loro y de la rápida degradación de su hábitat que nace el proyecto en 2017, esto como parte de una solución ante las amenazas que afectan a esta particular especie”. 

El programa, expresó, tiene como visión aumentar la población de forma estable y segura del Amazona Lilacina a través de la educación ambiental y el trabajo en conjunto con las comunidades rurales, además de investigaciones desarrolladas junto con el zoológico de Chester de Inglaterra, nuestro principal sponsor. 

Entre tantas experiencias con las que ha podido encontrarse en este camino, Ivette Solís comentó que se ofreció como voluntaria para ir a buscar a estos loros por toda la Costa ecuatoriana como trabajo comunitario con el bosque protector Cerro Blanco, donde laboraba en 2016. Luego de esta travesía se encontró con una situación vulnerable no solo para estas especies, sino también para la gente que los atrapaba, ya que lo hacían por necesidad. Tras este recorrido se dio cuenta de que debía implementarse un programa de educación ambiental y gracias al zoológico El Pantanal, que se interesó en el proyecto, junto con Benjamín, un amigo, crearon un prototipo de folleto que incluso fue llevado a Inglaterra, obtuvo aceptación y así fue cómo nació el proyecto.  

¿Cómo se dio y ha sido el trabajo con la Sala Ría y cuáles son sus dimensiones en cuanto al aprendizaje con niñas y niños sobre el medioambiente y el cuidado de las especies? “Mi primer contacto con Ría se dio en 2019 con Interactitos (encuentro infantil de artes inspirado en Interactos y realizado por la Universidad de las Artes). Participamos en un pequeño stand dando información sobre los loros y sus hábitats, fue una gran experiencia que incentivo aún más nuestro deseo de trabajar con este espacio de la Biblioteca de las Artes. Nos unimos porque justamente nuestro proyecto tuvo un convenio con la UArtes. El primer trabajo con Ría vino de la idea de celebrar a los loros y a la niñez en este evento, hablé con Ana María González y nos conectamos súper bien. Estábamos emocionadas, creo que en una semana lo planificamos, sentamos ideas y lo desarrollamos”. 

¿De qué manera han logrado adaptarse para seguir el ritmo del proyecto en una época pandémica? “Ha sido un tiempo para reinventarse y trabajar de forma interna en la organización para desarrollar materiales educativos y estar listos al momento de ir al campo. La pandemia también ha sido un contrapié para nuestras actividades convencionales porque todo nuestro trabajo se ha venido haciendo de persona a persona, en las comunidades rurales que tienen poco acceso a internet y es muy costoso. Pero es también cuestión de adaptarse y hemos estado trabajando para volver pronto”. 

Actividades como “¡Yo cuido! Mi bosque, mi hogar” son esenciales para incentivar a niñas y niños a desarrollarse de manera didáctica y emocional y reconectarse con la naturaleza. No obstante, desde su experiencia, Ivette Solís señaló que se debe reconocer que no a todos los niños les gusta la naturaleza y que muchos se inclinan por otras propuestas. “Una forma de llegar a ellos es a través de la música, las manualidades”, dijo y recordó que el aprendizaje viene desde casa, donde deben ser motivados al cuidado del planeta y de las especies.  

¿Habrá más proyectos con las niñas y los niños en la Sala Ría? “Tenemos planificadas más actividades, por ello invito a seguirnos en Instagram: @amazonalilacina, allí encontrarán más información al respecto. Queremos volver al campo y probar los materiales que hemos creado en todo este tiempo. Tendremos conversatorios para hablar acerca de la conservación del medio ambiente. Esperamos contar también con nuestra página web y colgar mucho de los recursos que queremos ofrecer y que serán gratuitos para todos, sobre todo para los educadores que quieran utilizarlos”. 

Texto: María Fernanda Hidalgo, estudiante de la Escuela de Literatura.
Imágenes, cortesía proyecto Amazona Lilacina.